martes, 20 de diciembre de 2011

LA CÁRCEL INVISIBLE

No recuerdo cuándo fue el día en que entré por voluntad propia en esta celda incómoda y asfixiante. Tal vez fue aquel día en que dejé de creer en mí o cuando perdí la confianza en todo aquello que me rodea.

Empezó siendo un refugio engañoso y me ha ido atrapando poco a poco, cerrando ventanas. Ya no sé lo que hay fuera. Hay un pequeño agujero en la pared pero tengo miedo a mirar.

Se ha ido alimentando de mis dudas, inseguridades y miedos. Fabrica pesadillas que aún despierto me torturan, con el único objetivo de hacer inútil cualquier intento de fuga.

martes, 23 de agosto de 2011

LAS RAÍCES DE LA SOLEDAD

"A las cuatro de la madrugada, cuando todo estaba en silencio, podía oír cómo crecían las raíces de mi soledad." (Crónica del pájaro que da cuerda al mundo - Haruki Murakami)




martes, 30 de marzo de 2010

De nuevo a bordo

Más de un año llevo a la deriva en un mar de quietud engañosa, hundiéndome sin saberlo en pensamientos y sentimientos que no me llevan a ninguna parte.

Izemos velas y agarremos el timón con fuerza siguiendo un nuevo rumbo para alcanzar el único destino que me está guardado y realmente deseo.

Así que, con un poco de esfuerzo, día a día, alcanzaré nuevos puertos.

LA ÚNICA AVENTURA DIGNA DE VIVIRSE ES AQUELLA EN LA QUE UNO ES EL PROTAGONISTA.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Samhain


"Hace ya rato que la música murió en mi cabeza y me devolvió al bosque. Al levantarme echo un vistazo al otro lado de la colina y descubro la figura de un humilde tejo aún cubierto por el espléndido verde de sus hojas.


El tejo, vehículo de las almas. El tejo mitológico es la puerta, la senda estrecha, la raja que se abre en la fiesta de Samain durante tres días y tres noches. El tejo es la puerta del Sidh, un lugar en el vacío donde no existe el tiempo, donde moran los seres del más allá, nuestros muertos, hadas, dioses. La víspera de la fiesta es Halloween, convertida ahora en patético preludio en el que unos queriendo, otros si querer, nos mofamos de lo desconocido. Luego, según la creencia celta, se restablece la comunicación con los seres del más allá, durante tres días mágicos.


Varias leyendas dan sentido a esta celebración. En una de ellas Cuchulain, un héroe irlandés, se cita con su amada Fanda, una mujer o quizás un hada del más allá, que le invita a visitar su reino. La reunión es concertada junto a un tejo, el de Cend Tracha.


En otra un rey irlandés, Cormac MacAid se queda dormido en una bruma mágica y es despertado por la bella de los cabellos de oro, Bairrfhin Blaith, del Sidh de Bairche. La bella se lo lleva a un mundo subterráneo donde le retiene durante tres días y tres noches


Pero el que sin duda enlaza más con la tradición de la fiesta es la aventura de Nera. Cuenta que la víspera de Samhain fueron ahorcados dos delincuentes en el reino de Connaught y nadie se atrevía a descolgarles porque se aproximaba la fiesta de los espíritus, los muertos, los seres del más allá. El rey Aillil quiso probar a sus guerreros y promete una recompensa a quien además de tocarlos les coloque un rollo de arbustos alrededor de una pierna. Es cuando entra en escena el famoso Nera, un valeroso guerrero que acepta el reto y profana los cadáveres de los colgados. El espíritu de estos y otros seres del mundo invisible le llevarán ante su rey, bajo tierra. Pasa allí cierto tiempo, hasta que la esposa del rey le permite volver al exterior y Nera se lleva consigo frutos de verano para probar ante Aillil que ha estado en el mundo de los sidhe.


Cuando se presenta ante el rey Aillil le habla del tesoro que posee el rey del mundo invisible y le ofrece la posibilidad de volver con otros guerreros y robarlo, pero esta vez Nera se quedará atrapado en el mundo subterráneo para siempre.


Aún quedan unos días para halloween. Solitario y anciano tejo que adornas tus ramas con rojos frutos, preciosos para los pequeños pajarillos que revolotean entre las hojas distinguidas, manto oscuro de realeza y elegante porte señorial. Alcanzo con mi mano a robar uno de tus frutos y lo acerco a mi boca con la avidez de un niño. Su pulpa es dulce, su negra semilla amarga como el ajenjo. Trago tus amargas lágrimas, sabor de muerte, frío en el alma."

domingo, 5 de octubre de 2008

Ventanas

Las ventanas son el elemento principal de una casa. Yo las consideraría como el factor más importante a la hora de elegir el lugar donde quiero vivir. Y ahí está la razón de ser de mis principios, un lugar que me permita la vida que quiero disfrutar.

A través de la ventana disfrutamos de sonidos, colores, olores, aires matinales, primaverales, sabáticos o invernales. Otros las valoran por su capacidad para abrir las estancias a la luz. La luz es algo impersonal que se enriquece con los colores que capta en el exterior.

Una de las primeras cosas que hacemos cada mañana es abrir al menos una ventana al mundo. Y lo que vemos fuera es ese mundo en el que vamos a pasar irremediablemente el resto de nuestra jornada. Esa ventana debe regalarnos el mundo en el que cada cual desea vivir. Unos desearán el tumulto, la vida sin pausa, el bullicio, la actividad, el calor del asfalto. Otros buscamos que el mundo despierte para nosotros, no que el mundo nos despierte y nos provoque resaca.

Un mundo que despierta, que amanece, reverdece en el horizonte, se refleja en la piedra y canta tímidamente para aquel que escucha. Un mundo que en sus horas más tempranas permite a los pájaros anunciar el clarear del día. Un mundo que lava sus fachadas, que reverdece los campos con la lluvia, que nos regala días de reflexión y melancolía. Un mundo que te entrega el tiempo, que te muestra el infinito, que demuestra lo relativo del paso de las horas. Una hora no dura sesenta minutos. Horas que duren lo que nosotros queramos que duren.

Un mundo lleno de vida. Un mundo para disfrutar de otras vidas. Un mundo que no se rija por nuestra creación. Una creación que empalidece ante la verdadera creación. Una creación que nos ha convertido en esclavos.

jueves, 26 de junio de 2008

Carpe diem

Si lo pienso friamente la mayor parte del tiempo la vida no merece la pena.

Vivir se ha convertido en una responsabilidad. Vivimos para conseguir crear el futuro, el nuestro y principalmente (únicamente quizás) el de los demás. Nos desvivimos por asegurar nuestra jubilación. Los que tienen hijos se desviven por darles una educación y facilitarles la llegada a la edad adulta. Cuando se convierten en adultos ellos también luchan por asegurar sus viajes a Benidorm ... ¿Y qué futuro estamos creando?

Un mundo plagado de máquinas (que realmente no facilitan el trabajo) que continúan contaminando nuestro planeta, agotan nuestros recursos y consiguen que dependamos de ellas (esclavizarnos) más y más, convirtiéndones en seres infelices.

Poco a poco, en vez de llegar al futuro, nos acercamos al fin.

Carpe diem. Decían en el renacimiento si no me equivoco. Aprovecha el momento (si no me equivoco de nuevo). Cuánto tiempo desaprovechamos creándonos nuevas y estúpidas responsabilidades. Como seres llenos de vida nuestro principal objetivo debiera ser dar vida, la nuestra si acaso, vivirla. Y nos limitamos a crear cosas muertas, que solo sirven para producir. Producción masiva que empalidece frente a la destrucción que acarrea.

Me encuentro ante una humanidad moribunda. La cultura, la que producen nuestros artistas, los creadores, desaparece lentamente. No solo hemos dejado de producir cultura sino que la estamos olvidando. Que alguien me diga dónde puede acudir para encontrarse de cara con la cultura. ¿Bibliotecas? Os reto a acudir a una biblioteca pública, de cualquier pequeña ciudad, ya no digo pueblo. Decidme cuántos clásicos encontráis. ¿Es Dan Brown cultura? ...

¿Internet? Esa respuesta no es seria. Todo el mundo sabe que en internet solo hay porno. ...

Parémonos un rato y pensemos (pero de verdad) en quiénes somos, de qué estamos compuestos, qué es lo que realmente importa.... y concluyamos (seriamente) ¿Ésta es la vida que debiéramos llevar?

martes, 15 de abril de 2008

Si temiérais morir (Vicente Gallego)


Si por algo se caracteriza el poeta Vicente Gallego es por no contentarse con escribir siempre el mismo libro, y por indagar, arriesgar, conquistar territorios nuevos en cada obra. Con Si temierais morir cabe hablar incluso de inflexión, de un punto y aparte en la trayectoria del autor. En su coherencia y organicidad, el libro quiere ofrecerse como experiencia, reflejo de un aprendizaje y trasmisión de una revelación. Ante lo insatisfactorio de la apariencia o superficie de las cosas que se abordaba en títulos anteriores como Santa deriva o Cantar de ciego, este libro se adentra en una trascendencia que se sitúa más allá de la realidad. Además de la búsqueda, celebra también un encuentro: una experiencia unitiva de la comprensión del universo.